Anidado en los exuberantes paisajes de Turrialba, Costa Rica, Nortico surge como un faro de chocolate auténtico, de granja a barra, fundado por Aldo Sánchez y Ann-Elin Norddal. Este refugio familiar se dedica a la elaboración de chocolate que simboliza pureza y calidad, con un firme compromiso hacia el bienestar ambiental y comunitario.
Para quienes valoran la calidad y la sostenibilidad, Nortico ofrece una oportunidad inigualable. Ante el desafío de hallar chocolate éticamente producido entre afirmaciones ambiguas, los consumidores, a menudo escépticos sobre el impacto real de sus elecciones, encuentran en Nortico una invitación a ser parte de la solución.
Al explorar su selecta gama, participas en algo más que el disfrute de sabores ricos; te unes a un movimiento hacia un futuro donde el placer se alinea con la responsabilidad. Al elegir el chocolate de Nortico, te transformas de consumidor a defensor de un planeta más sano y una sociedad más equitativa.