En la década de 1960, André inició un legado en Finca Orgánica Los Titos, revolucionando la agricultura en Turrialba y desarrollando una variedad única de banano. Inspirada por estos recuerdos de infancia y la tradición de su madre, Adela Helfenberger heredó la finca en 2016 y transformó su amor por la naturaleza en una marca con propósito: Makala. Más que un negocio, Makala es una invitación a reconectar con la tierra, ofreciendo productos orgánicos y regenerativos que respetan el entorno y fortalecen la comunidad local. Hoy, su hijo Phillip, cuarta generación de esta historia, lidera el proyecto con la misma visión de sostenibilidad, trazabilidad y amor por la tierra.

Lo que hace especial a Makala es su enfoque integral de sostenibilidad y calidad. Con el 95% de sus ingredientes cultivados en la finca, cada producto refleja el compromiso con la regeneración del suelo y la producción responsable. Desde sus láminas de fruta deshidratada en sabores como maracuyá, guayaba y uchuva, hasta innovaciones como vinagre y sirope de uchuva, cada creación aprovecha al máximo los recursos naturales, minimizando el desperdicio y garantizando una trazabilidad total. Con certificaciones como Esencial Costa Rica y Bandera Azul, Makala no solo ofrece alimentos saludables, sino que también preserva la biodiversidad y fomenta la economía local, empoderando a las mujeres de la comunidad en su planta de producción.

Explora el mundo de Makala y descubre el poder de los alimentos orgánicos que conectan con la naturaleza y la tradición. Cada bocado es un tributo a la tierra, la historia y la innovación sostenible. Al elegir Makala, eliges regeneración, calidad y un impacto positivo en la comunidad. Únete al movimiento y saborea el futuro de la alimentación consciente.